viernes, 25 de septiembre de 2009

Balance financiero de una noche cotidiana



Longitud de mares
proezas
inventario.
Uno, dos, tres.
Lo escucho:
pálpito, palpito, palpitó.
Las manos frías y cuento.
Insensible. O excesivamente sensible.
No puedo poder. Cuento.
Cuatro, siete. Veinte.
Salado. Amargo. Ácido. Dulce, eso sí que no.
Empalagoso. Espasmódicas papilas gustativas.
Nauseabundo.
Ochenta y dos. Noventa. Ciento tres.
Velocidad. Palabras violentas. Sonrisas forzadas.
El rostro inquisidor. Los. Muchos.
Bien. Para no perder la costumbre.
Seiscientos cincuenta y cinco.
Convulsivo, sofocante. Agobiante.
Mil trescientos cuarenta y nueve. Quinientos.
Intenso. Motitas de luz en la pared.
Preludio en las hendijas de la persiana. Intenso.
Mil.
Inconsciente revuelto.
Gota de sudor en la sien. Estigma de inventario nocturno.
Uno, dos, tres.
Balance financiero nocturno. Ciclo de la almohada.

1 comentario:

Alejandro Arriaga dijo...

lamar a un amigo cuando sabes que esta bien, o que esta mal, o que solo cuando estas mal o solo cuando estas bien. mirar el rios solo por que sabes que va a seguir llendo para ese lado, tranquilo a veces, picado otras, ser equitativo, altivo, respetuoso, pensar en juan L. pensar en lo poco que lo entiendo y en lo mucho que lo estimo, sentir la frente cuajada de flema mientras en los callos de tus patas pelliscan las palometas de la felicidad, la felicidad icongruentem la felicidad abandonada a la deriva en un rio con sentido invariable hasta el mar y desde alli invariable hasta alguna otra nada. la economia, la matematica, tus numeros, tu sexo, tu relacion sexual, el hombre que no te mira, la mujer que no calla, que no escucha, el hombre que teme sentir, la mujer que todo siente, el sexo, el saldo positivo a cualquier pesar o, o , o, la mas alta desilucion a la esperanza.