miércoles, 30 de septiembre de 2009

Condescendencia existencial


Cada acción humana parece tener la necesidad de la apreciación ajena. Apreciación, no en su connotación de ‘estima’ y ‘distinción’; apreciación como sencilla consideración.
Cada gesto humano nace para una consideración, con la inconsciente exigencia de ser percibido. Percibido, no en su acepción de ‘comprendido’ o ‘intuido’; percibido en la sencillez que implica ser observado.
Cada rasgo humano parece, obsesiva y vitalmente, existir para un otro. Como si, con una condición sine qua non, fuera la mirada ajena –distraída, rigurosa, tímida, dulce, inquisidora, indiferente, etcéteras-, la que le concediera subsistencia.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Balance financiero de una noche cotidiana



Longitud de mares
proezas
inventario.
Uno, dos, tres.
Lo escucho:
pálpito, palpito, palpitó.
Las manos frías y cuento.
Insensible. O excesivamente sensible.
No puedo poder. Cuento.
Cuatro, siete. Veinte.
Salado. Amargo. Ácido. Dulce, eso sí que no.
Empalagoso. Espasmódicas papilas gustativas.
Nauseabundo.
Ochenta y dos. Noventa. Ciento tres.
Velocidad. Palabras violentas. Sonrisas forzadas.
El rostro inquisidor. Los. Muchos.
Bien. Para no perder la costumbre.
Seiscientos cincuenta y cinco.
Convulsivo, sofocante. Agobiante.
Mil trescientos cuarenta y nueve. Quinientos.
Intenso. Motitas de luz en la pared.
Preludio en las hendijas de la persiana. Intenso.
Mil.
Inconsciente revuelto.
Gota de sudor en la sien. Estigma de inventario nocturno.
Uno, dos, tres.
Balance financiero nocturno. Ciclo de la almohada.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Desvelo poético


Anoche dormí en poesía.
Soñe en líneas
con versos, con ritmo.
Dormir en poesía
labor de sistema respiratorio;
inspiro exhalo inspiro exhalo:
a cada bocanada de aire
retorno al mundo, me desvelo.
Dormir en poesía
leer una carta de restaurante,
un catálogo de perfumería;
producto precio producto precio:
encargo un descanso,
abono un insomnio.
Dormir en poesía
soñar a fragmentos,
de a mitad de renglón.
Un sueño rítmico,
con inconsciente a muestrario,
después de una vigilia agonizante.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Examen


Me pregunto
con insistencia, casi desquiciadamente
por qué
uno se cuestiona tanto;
por qué
me cuestiono tanto por qué el cuestionarme tanto
de por qué estoy cuestionando
sobre cuestionarme
cuando me cuestiono
cuánto tiempo más
me cuestiono tanto, tanto.
Me preguntan
(bis)
Aprobado. Suficiente. Insatisfacorio. Desaprobado.



Acompaña el cuestionamieto, un profundo Emilio Fatuzzo.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Superyó


Perturbación, tormenta, convulsión.
La palabra en el oído, surruro.
Dictado de la conciencia. Marcado.
Te señalan. Te señalás. Muchos. Vos.
Índice inquisidor.
Paranoia.
Son todos en uno. Los muchos vos, sólo los muchos uno. Múltiples.
Tantas voces, tantas.
Uno. Uno mismo. Yo.
Es tan omnipotente, tan orgulloso, tan vanidoso.
Individualmente empalagoso. Empalagosamente individual.
Vital. Te seduce vital. Me seduce.
Palabra. Dictado.
Lo escucho. Y huyo.
No escucho. Y persigue.
Me duermo. Y me sueña. Me habla. Imagen pesadilla. Intenso.
Lo callo, lo omito. Lo olvido.
Sólo en lo concreto, ausente sólo en lo concreto. Inconsciente. Cíclico.
De nuevo.
Salir a la vida. Desconectar y sentir.
Siento.
Qué, cómo, dónde, cuándo, por qué, con quién
siento?
¿Cómo se siente lo que se siente? Escisión.
Un gesto, palpo. Me escucho, hablo.
Me ven. Me ves. Me oyen, me oís.
Me sienten. Me sentís. Y Siento.
Estoy cuando me están. Cuando me estás.
De nuevo. Convulso, inquieto. Cínico, cruel.
Anómalo, patológico, enfermo. Le grito.
O vuelvo.
Irrisorio, grotesco.
Y vuelvo. Me vuelvo. Enchufo.
Retorno al juego. Reset. Replay.
Me juegan. Me sienten.
Una ojeada al guión.
¿Y si me lo olvido? Insolente.
Pero me siento.