sábado, 12 de febrero de 2011

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No había más nubes para buscar cuántas necedades interrumpían el próximo paso, sí ya había atravesado las líneas de la primera página.
No había más selvas para contar cuántos dedos juzgaban la siguiente palabra, sí ya había asumido la inquietud primera.
No había más nada,
o  
t  o  d  o
desgarranteasfixiantealienante,
para no expropiarse de las hélices de la inercia.


domingo, 9 de enero de 2011

Después






Eran siete mil trescientos pasos al oeste, setecientos treinta al sur
y el sol.
Allí donde termina la agonía, duerme la luz y comienza el vértigo.
Sabía el dolor, sabía la oscuridad, sabía la rutina.
Pero al caer, el fin. Eso que dicen de nuevo.
Me pregunto qué sabe uno después de cruzar.
Pero.
Setcientos treinta pasos al norte, siete mil trescientos al este
y.
Qué sabe uno cuando retorna al punto de partida, que ya no es el comienzo.

lunes, 21 de junio de 2010

mayéutica

/parir
\por los ojos, por los labios, por las manos,
por cada poro de la piel.
sudar el alma, llorar el cuerpo

\encausar la lágrima hacia el mar,
beber afluentes, ser afluentes.
amamantar, verter la sangre

/parir
parirnos,
abrazar los partos muchos, otros
instantes de nacimiento.


Ilustra Geraldina Blas, detalle.

domingo, 28 de marzo de 2010

P ro t o c o lo


Abrir la puerta, pulsearle unas bocanadas al aire, robarle algunos vientos y un par de esperanzas. Dibujar veredas en las nubes, y soles en el asfalto; quebrar los pasos, hundir el torso, sortear el alma.

Jugar las miradas y los rostros; desgarrar la sonrisa, rasgar algunas muecas. Danzar unos compases y gastar el suelo, herir el cuerpo. Fingir las piruetas y aplacar el ansia. Esbozar la sentencia; abrazar la culpa y retrucar la condena.

Remontar y volcar, recordar y olvidar. Un poco más que vivir al día y un poco menos que morir a descuento.


viernes, 30 de octubre de 2009

P r o y e c c i ó n

Temía tanto por esa vida otra
por su sangre
por su caída.
Temía que un dejo de locura
la arrastrara
hacia el río más profundo.
Temía tanto por esa existencia
que
/tal vez
su amor pecara de egoísmo
y
/en realidad
su temor, su desasosiego
fuera la vida
(o esa otra parte que llaman muerte)
de sí misma.

lunes, 19 de octubre de 2009

Metacompulsión


un estado de introspección vivo, de lo profundo a lo superficial,
regurgitando.
tan convulsivo y atormentado, tan espeluznante y visceral,
lo intrínseco, ajeno / lo recóndito, público.
Escarbo. interno hoyo insondable, externo túmulo descomunal.
compulsivamente convulsa.
convulsivamente compulsa.

En explosión, obra de Emilio Fatuzzo

jueves, 15 de octubre de 2009

Persiana

Heridas de luz
ojos entreabiertos
finos trazos rectilíneos.
Horizontes.
Fusión de cielo y tierra, dicen
irrupción de cemento en el celeste, veo.
Visores interrumpidos.
Escisión, agobio, soledad. Adentro.
Crudeza, desafío, libertad, Afuera.
Acceso restringido.
no sé no quiero no puedo
Renglones analfabetos.
me llama me abraza me arranca
Fisuras osteoporóticas.
la encuentro la acciono la destruyo
Proceso censurado.


miércoles, 30 de septiembre de 2009

Condescendencia existencial


Cada acción humana parece tener la necesidad de la apreciación ajena. Apreciación, no en su connotación de ‘estima’ y ‘distinción’; apreciación como sencilla consideración.
Cada gesto humano nace para una consideración, con la inconsciente exigencia de ser percibido. Percibido, no en su acepción de ‘comprendido’ o ‘intuido’; percibido en la sencillez que implica ser observado.
Cada rasgo humano parece, obsesiva y vitalmente, existir para un otro. Como si, con una condición sine qua non, fuera la mirada ajena –distraída, rigurosa, tímida, dulce, inquisidora, indiferente, etcéteras-, la que le concediera subsistencia.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Balance financiero de una noche cotidiana



Longitud de mares
proezas
inventario.
Uno, dos, tres.
Lo escucho:
pálpito, palpito, palpitó.
Las manos frías y cuento.
Insensible. O excesivamente sensible.
No puedo poder. Cuento.
Cuatro, siete. Veinte.
Salado. Amargo. Ácido. Dulce, eso sí que no.
Empalagoso. Espasmódicas papilas gustativas.
Nauseabundo.
Ochenta y dos. Noventa. Ciento tres.
Velocidad. Palabras violentas. Sonrisas forzadas.
El rostro inquisidor. Los. Muchos.
Bien. Para no perder la costumbre.
Seiscientos cincuenta y cinco.
Convulsivo, sofocante. Agobiante.
Mil trescientos cuarenta y nueve. Quinientos.
Intenso. Motitas de luz en la pared.
Preludio en las hendijas de la persiana. Intenso.
Mil.
Inconsciente revuelto.
Gota de sudor en la sien. Estigma de inventario nocturno.
Uno, dos, tres.
Balance financiero nocturno. Ciclo de la almohada.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Desvelo poético


Anoche dormí en poesía.
Soñe en líneas
con versos, con ritmo.
Dormir en poesía
labor de sistema respiratorio;
inspiro exhalo inspiro exhalo:
a cada bocanada de aire
retorno al mundo, me desvelo.
Dormir en poesía
leer una carta de restaurante,
un catálogo de perfumería;
producto precio producto precio:
encargo un descanso,
abono un insomnio.
Dormir en poesía
soñar a fragmentos,
de a mitad de renglón.
Un sueño rítmico,
con inconsciente a muestrario,
después de una vigilia agonizante.