No había más nubes para buscar cuántas necedades interrumpían el próximo paso, sí ya había atravesado las líneas de la primera página.
No había más selvas para contar cuántos dedos juzgaban la siguiente palabra, sí ya había asumido la inquietud primera.
No había más nada,
o
t o d o
desgarranteasfixiantealienante,
para no expropiarse de las hélices de la inercia.